verde, naranja, ROJO.

Carretera. Vidas que circulan arriba y abajo siguiendo el camino marcado.
Un semáforo en rojo les obliga a hacer un alto en el camino.
Una furgoneta verde con seis personas dentro es el primer vehículo en parar. Caras de cansancio, de levantarse a las 6 de la mañana e irse a trabajar de aquello que nadie aspira en su futuro.
Una chica joven conduce un coche más o menos nuevo. Aprovecha que el semáforo está en rojo para alargar como puede con el dedo las pestañas.
Justo detrás un coche familiar conducido por una mujer algo estresada. Sus dos niños van en la parte de atrás. El niño más pequeños duerme plácidamente en su sillita mientras su hermana juega con sus muñecas.
Un golf rojo, con algunos retoques en el motor, era conducido por un joven con la música sonando por encima de los niveles soportables por el oído humano sale por las ventanillas bajadas de par en par.
Y por último un coche de alta gama conducido por un hombre de mediana edad, trajeado, con gafas de pasta y una dentadura envidiable, habla por el manos libres de algún tema aparentemente gracioso por las carcajadas que suelta.
El semáforo se pone en verde. Los coches arrancan. un pitido ensordecedor suena avisando al de delante para que arranque.
Vidas que vuelven a circular, que siguen el camino marcado. Vidas ajenas que por un momento han formado parte de la mía sin que ellos se hubiese dado cuenta.

La razón

El uso de la razón, desde el siglo XVIII, ha sido una de las cosas más importantes y relevantes.
Pero la razón siempre ha tenido una espina clavada, un batalla por ganar, que es la que mantiene contra el corazón: el único y gran rival.
La razón puede apelar con diversos razonaminetos pero lo que el corazón dicta a menudo echa por tierra todas las intenciones de la razón.
Podemos imponernos, cubrirnos con nuestro caparazón, nuestra capa antisentimental, podemos hacer lo que queramos, pero el corazón hará que la razón sea menos razonable.
El corazón, la razón del ser humano.

Tempus fugit

Traduciendo del latín, esta expresión quiere decir "el tiempo pasa", y ya desde el tiempo de los romanos se nota el paso del tiempo. Ellos nunca imaginaron un tiempo en el que el enorme Imperio Romano fuese derrumbado y todo lo conseguido hasta esos días se derrumbaría como lo hace un castillo de arena al entrar en contacto con el agua. Todo lo conquistado hasta ese día se les escaparía de las manos y pasaría a ser tierra de nadie. Tampoco llegaron nunca a pensar que las ruinas de los edificios construidos por sus esclavos sería algún día como reclamo turístico y estudiados en todo el mundo. Tampoco imaginaba Julio César que a parte de la admiración que le tenían la gente de la época, otros millones de personas se interesarían a lo largo de la historia por su vida.
Y el tiempo no solo ha pasado para los romanos si no que ha pasado, pasa y pasará para todos.
yo ya no tengo 3 años; ya he pasado de ir a clase a aprender a leer y escribir a ir a leer un texto y comentarlo; he pasado de levantarme temprano para ver los dibujos a levantarme mas temprano aún para dar un último repaso para un examen.
Yo aún soy joven y aun me quedan muchos años por delante, pero sé que dentro de muchos años (eso espero) me pararé a pensar que ha sido del tiempo aquel del cual presumía tener por delante.

Día 82 (FIN)

Hemos consumido nuestro tiempo. Se ha acabado. Adiós acostarse tarde y levantarse más tarde aún. Adiós pasarse todo el día en pijama. Adiós miles de horas de ordenado. Adios libertadad.

HOLA RUTINA.

Día 78

A nuestro alrededor, más allá de donde nos alcanza la vista,
mundo por descubir, vida por vivir, el camino que seguir.

Día 76

¿Sabes qué significa siempre?
Siempre es un SI que no acaba nunca.
SI a esperarte todas las frías mañana de invierno. SI a arriesgarmen a llegar tarde, a aguantar la impuntualidad. SI a escucharte durante el que te haga falta cuando lo necesites. SI a mandarte un mensaje de 6 páginas todos los 13 de octubre. SI a llamarte todas las veces que haga falta hasta que contestes. SI a aguantarte durante 6 años en clase. SI a prometernos un futuro. SI a las conversaciones sentimentales de sábado noche y litronas de calimotxo. SI a tener riñas tontas. SI a pasarte apuntes porque nunca llevas las gafas a clase. SI a intentar compaginar tu mal humor matinal con el mio. Si a fotografiarte. SI a contarnos las penas. SI a los abrazos. SI a decir si en vez de no. SI a ponerte caras feas para hacerte reír. SI a dejarte dinero. SI a acompañarte a donde haga falta. SI a reime de tus tonterías. SI a compartir momentos contigo.
Con SIEMPRE quiero decir aceptar y prometer cientos de SIes, todos los que hagan falta.
Yo te prometo todo, a ti solo te pido que sigas estando ahí SIEMPRE.
Te quiero muchísimo.

Día 73

Sin SER,
ni OIR,
ni DAR.

Día 70

La miras por delante y ves una chica sonriente, ojos marrones, pelo y tez morena. Estatura normal, delgada (con un buen cuerpo), andares firmes, dedos de pianista, mirada sincera y cabeza alta. Un chica normal, sencilla, de las que te cruzas a diario por la calle o se sientan en la mesa de al lado en un bar.
Le gustra escribir, la música, tocar el piano y el acordeón.
Siempre le gusta ir muy coqueta y arreglada. Una de las cosas que le da dolor de cabeza es elegir la ropa que se va a poner para salir de fiesta. Le gustan los tacones, los vestidos y los pantalones de colores.
Como a todo el mundo, le gusta verse guapa. Se mira en todos los cristales cuando va por la calle, y regala sonrisas a cualquiera.

Ella siempre camina hacia delante y muchas veces no sabe lo que tiene detrás, pero yo se lo voy a decir.
A sus espaldas me tiene a mi y a mucha otra gente empujando para cuando sus piernas no den seguido. Susurrandole al oído "sigue caminando, sigue caminando". Manos que cuando se siente sóla le agrran con fuerza y le dan aquello que necesita.
Detrás suya también tiene la música, la compañera en momentos de soledad. Bueno, la música y los recuerdos, aquellos que ha vivido y ha ido depositando en su memoria. Aquellos en los cuales las risas y sonrisas no tienen fin. Aquellos momentos que vivimos y tanto disfrutamos.

No sé, quizá sea por verla por delante todos los días lo que haga que tanto la quiera, o el hecho de poder estar detrás, empujando y animando el que haga que no pueda despegarme de ella.
No lo sé, pero sea como fuere, mis manos nunca se despegarán de su espalda, empujando hacia delante siempre.
SIEMPRE.

Día 68

Siempre decimos que de todo el mundo lo que más avanzado está es el ser humano. Levanta edificios altísimos, crea máquinas mucho mejor que ellos, sabe amar, odiar, pensar, hablar, leer, escribir, razonar, interpretar; es capaz de matar a otras especies superiores a él... pero lo que el ser humano no tiene y envidia del resto de seres vivos es la libertad. La libertad de andar por todas partes sin depender de nada, solo de ellos mismo y de su cuerpo. Por ejemplo, la mariposa: simplemente con sus alas es totalmente libre, puede ir a donde quiere, sin rumbo, a donde quiere, ella sola, nada más. ¿Sabeis lo único malo? Su corta vida, que a parte de toda la libertad que poseen, no tienen tiempo casi de disfrutar. El ser humano, sin embargo tiene una larga vida, para disfrutar, una libertad, diferente, pero libertad.