... , y tanto que no dejo de pensar en ti, y ahora que te vas se me hace extraño, bueno, más bien, duro. Porque hay una cosa que ni mis padres, ni los profesores, ni la vida misma me ha enseñado, aprender a que las cosas, como mínimo, no siempre estarán a nuestro lado, y ahora que lo sé, es difícil afrontarlo y decir adiós semana a semana, porque después de ello, son días sin ti.
Y ahora que aún no te fuiste, ya te echo de menos.
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