Encerrado entre cuatro paredes color salmón estube durante días, con la soledad como compañera de cama de matrimonio y la luz del sol de intermediaria entre gritos silenciosos.
Desde que no estás las mesitas de noche son las cosas mas animadas de que hay en aquel cuarto, jugeteando con la ropa interior que yo te diera para luego quitártela a mordiscos y tirones.
Y aún parece que fue ayer cuando me robabas las sábanas en las frías noches.
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