2010.

La verdad es que impone un poco.
Es como cuando vas a cumplir los 10 años, ya son dos cifras (sin contar el 20, obvio) y ya la cosa es diferente.
También es el comiezo de una nueva década, coincidiendo con el año Xacobeo aquí en Galicia.
Es el comienzo de una estapa, una estapa de muchas. La primera década del sigo XXI.
Y yo no soy mucho de fiarme de prediciones y esas cosas, pero ya estamos más cerca del 2012.

Y ya dejando a un lado el número 2010, toca hablar del cambio de año en particular.
Celembrandolo Con la familia y allegados a ésta y amigos.
Es una fecha en la que todos estamos juntos. Cuando nos tomamos las uvas (en mi caso aceitunas) y brindamos todos juntos por el nuevo año y porque volvamos a estar todos juntos brindando otra vez dentro de 365 días; y por ahora, se ha cumplido, vamos a volver a reunirnos, a cenar y a brindar todos juntos.
También después hay que salir a celebrarlo con los amigos, a pasarlo bien (y con esto no digo que anteriormente lo pasara mal, para nada).

Y ahora, por último, haré un pequeño valance del 2009, de este año a punto de finalizar.
Lo comencé de la mejor manera posible; con la gente que necesitaba (con la ausencia de algunas personas, pero bueno).
Seguidamente finalicé un curso estudiantil bastante bueno.
Y al fin, el comienzo del verano, ¡oh querido verano!
Él que viene tan lleno de alegría, fiestas, tardes de sol, alegría ¡y más fiestas!
La verdad es que de él no tengo ninguna queja. Me lo pase hiper-mega-super-hiper-bien, hasta diría yo, que hiper-mega-super-hiper-muy bien.
Tengo que remarcar, como gran punto, el viaje a Canarias.
¡Ay! Canarias. Que gran semana aquella. Con aquella gente, con aquella visitas, aquellas playas, aquellos días soleados, aquellas noches de lobo, aquellos atracones a las tantas de la madrugada, aquellos masajes relajantes seguidos de puro estrés ante una actuación, y aquello todo, todo aquello era perfecto, genial... no tengo palabras, en serio, no las tengo.
Y bueno, como todos los años, el verano acaba mal. Con la vuelta al cole.
Bueno en parte tampoco es tan mala, porque si te toca una buena clase, como la mía, pues no hay mucha queja.
Y bueno, todo esto se lo tengo que agradecer a la gente que me acompañó a lo largo del 2009.
A la gente de siempre, a los que llegaron y se quedaron, a los que se fueron (que no eran amigos ni eran nada).
Y una gran lección que me enseñó este año es a diferenciar a los AMIGOS verdaderos, a esos con mayúsculas, y ahora que lo sé, mi vida es mejor. Sé de quien me puedo fiar, y ellos bien lo saben, asique GRACIAS.
También hubo muy buena gente que llegó y se quedó y se convirtieron en amigos de esos. A vosotros, también GRACIAS.

Y bueno, esto es, más o menos lo de puedo decir de él, del 2009.
Fue un placer vivirlo, pero aún me queda mucho por delante y no puedo estancarme aquí, lo siento ¡eh!

Asique, feliz año nuevo y espero que vuestro 2009 también fuese bien y que el 2010 empiece de la mejor manera.

¡Un beso!

Por ti.

Cariño, ya sé que no suelo decirto a diario cosas como las que voy a escribir ahora, pero se me olvida, y como ya no estás a mi lado suelo pensar que ya no te importan.
Cuando estoy, bueno, estaba contigo cara a cara no me atrevía a decirtelo; tampoco daba, la verdad. Mi voz que volvía temblorosa, impotente... decir(te) "te quiero" era un reto, una meta. Pero verdaderamente lo sentía, te quería, te quiero.
¡T-E Q-U-I-E-R-O!
Me siento un poco estúpido diciendote ésto, porque sé que ni te va ni te viene, que no sientes nada, que tu has seguido con tu vida, con tu historia, y que lo entiendo; pero a la vez, lo siento, Y PUNTO PELOTA.

Nunca me olvido de ti, CORAZÓN :)

24.

Ya es día 24, 24 de diciembre.
Yo no soy mucho de estar felicitando cada dos por tres, porque me resulta pesado. La verdad es que decir "feliz navidad" en estas fechas a gente que hace millones de años que ves, ni sabes nada de ellos pues me parece absurdo. Veo mejor demostrar a lo largo del año todo aquello bueno a la gente que te importa, y la verdad es que a veces se me olvida.
Me arrepiento de haber echo muchas cosas, pero también me alegro de haber echo muchas otras, por supuesto.
He conocido a mucha gente que me ha alegrado el año, también he tenido a gente de toda la vida que me lo ha intentado joder, pero esa gente me ha echo fuerte y me ha enseñado a tener en cuenta a los verdaderos, a los que SÍ son de verdad.
Ahora no tengo pensado ponerme a escribir aquí todos sus nombre, porque ellos saben quienes son y lo que han echo a lo largo del año.

GRACIAS.

(vale sí, tengo 14 años y estoy en la edad del pavo.)

Desesperado o no, yo te quiero igual. El caso es que te quiero desesperadamente. ¿Me oyes? Te quiero.

Mi querido (soledad)

Mi querido, echo de menos tus palabras y tus poesias. Tus "Te quiero" cursiva y de "O" rendoda.
Tu perfecta caligrafía y tus márgenes de un centímetro y siete milímentros; y sobre todo tus mayúsculas remarcando nuestros nombres, juntos.

Las cartas de 4 pliegues siempre me encantaron, y aún más todas aquellas que iban acompañadas de una imagen de nuestro pasado, pasado común, felicidad, ya sabes.
También me encantaron tus ingeniosas posdatas, de cariño infinito y finitas palabras.
Siempre solías hacer algún dibujo muy "cuco" en el sobre, en el lado de destinatario, como por ejemplo, la que me mandaste el 15 de febrero, por San Valentín. Un poco tarde sí, pero por ser tú siempre fue suficiente. Ésta tenía un dibujo de un corazón, y no era más que lápiz algo difuminado por el dedo índice, pero era tan... tan... no sé, tan romántico por tu parte que me enamoré estúpidamente del dibujo. De él el que más, pero muchos otros muñequitos estúpidos de felicidad desconocida me hicieron felices.
Sabes que siempre adoré tus cartas, bueno, siempre te adoré a ti, y a tu forma de ser y a tu ser en general, pero también supe que no te iba a tener para siempre, pero eso no quise saberlo. Diría yo que era miedo, no me lo preguntes.

Fue un placer estar aquí, en ti.

Te adoro.
Pd: siempre me acordaré de aquel tanto de septiembre.

Rmte: Tu amiga la soledad.

Y a grito pelao...

...que se entere todo el mundo, porque ahora ya,
¿quién nos queda?

Volver al inicio, no significa echarse atrás.
Podemos siempre coger sorbos de vida e ir tirando. Uno tras otro. Sobrevivir a veces de otras historias. Contarnos a nosotros mismos que debemos mejorar, aunque no sea ahora. Convencernos de que siendo nosotros mismos nadie nos ganará, por lo tanto cualquiera que diga lo que tenemos que hacer se equivocará en esa parte. Somos jóvenes y es normal que tengamos ganas de comernos el mundo. O quizá un poco de mala digestión por lo ya ingerido. Es amargo a veces probar cosas que creíamos correctas en un principio y luego ver que acaban siendo falsas aparte de equivocadas. Ese gusto lo quitamos con otros momentos, así que tampoco pasa nada. En pleno subidón cerramos los ojos y nos dejamos llevar. Y eso nadie nos ha enseñado. En la cima es fácil tambalearse y caer. Mientras se sepa mantenerse en pie donde sea, sin sentir vértigo de estar abajo, no pasa nada. Apostar por nosotros aun teniendo todo lo demás en contra, a veces es lo único que nos ayuda a ganar. Borrar el cinismo de otros de nuestra mente. Seguir con objetivos claros o no tan claros, pero seguir. Estancarse es demasiado fácil.

Y que esto no suene a ti.

Irremediable.

Que si, que asumo esa responsabilidad, ese cargo, que tengo las condiciones perfectas para hacerlo, lo sé. Quiero hacerlo, y sé que puedo, porque si, porque es lo que realmente quiero, porque me siento verdaderamente bien, e porque siento que me llego la hora. Quiero asumir el cargo de feliz, contigo, quiero tenerte conmigo siempre. Quiero vivir así siempre,volar muy alto, y gritar tu nome. Quiero muchas cousas,pero sobre todo, te quiero a ti.