Á.

Idiota, hoy tú, ¿por qué no?

Sé que no te doy las gracias a diario a pesar de que te lo mereces.
Son bastantes los años que llevas aquí, en mi vida, con muchos momentos a recordar y echos a tener en cuenta. Debes saber que te lo agradezco enormemente todo ello, y lo que más, tu amistad, que sigas aquí, después de tanto. Porque son pocos lo que logran conseguirlo, y los que lo hacen son porque lo valen.
Tú vales muchísimo.
Quiero que lo sepas y quiero pedirte que sigas aquí otros tantos años multiplicados por mil.

Te quiero, ¿vale?

Pd.: te diré esto mismo dentro de 50.000 años cuando sigas aquí a mi lado, AMIGA.