Día a día me dices las cosas más bonitas del mundo.
Dices que me quieres, que me amas, que lo soy todo. Y yo te respondo de igual manera.
Siempre estarás conmigo, a mi lado. Que me vas a dar todos los besos que te pido, y todos los abrazos.
Juras y perjuras que eres mía, y de nadie más.
Has estado a mi derecha, a mi izquierda, delante y detrás mía, rondando mi cabeza, estás en mi corazón, en la memoría de mi ordenador,
has estado ocupando espacio en la tarjeta de memoria de mi cámara, de fondo de pantalla de mi teléfono móvil, en mis sueños, en mis planes de futuro... pero donde nunca has estado (y que deseo ansiadamente) es en mi cama.
¿Para cuándo cariño?
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